Diciembre llevó nuevamente un clásico dancístico a la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana, recinto donde la Escuela de Danza Gloria Campobello y el Ballet del Noroeste de México presentaron “El Cascanueces” en dos funciones que se agotaron desde días antes al 7 de diciembre. Van 27 años de esta colaboración en escena, con una coreografía de Minerva Tapia que recrea la tradicional…
Diciembre llevó nuevamente un clásico dancístico a la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana, recinto donde la Escuela de Danza Gloria Campobello y el Ballet del Noroeste de México presentaron “El Cascanueces” en dos funciones que se agotaron desde días antes al 7 de diciembre.
Diciembre llevó nuevamente un clásico dancístico a la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana, recinto donde la Escuela de Danza Gloria Campobello y el Ballet del Noroeste de México presentaron “El Cascanueces” en dos funciones que se agotaron desde días antes al 7 de diciembre.
Van 27 años de esta colaboración en escena, con una coreografía de Minerva Tapia que recrea la tradicional historia navideña que ha fascinado a adultos y niños que, en esta ocasión, incluyó a más de 50 bailarines, actores, comunidad escolar e invitados, además de estudiantes de la Licenciatura en Danza Clásica, quienes recibieron ovaciones en sus solos.
El primer acto mostró la energía y habilidades actorales de los estudiantes, destacando la emotiva interpretación de Clara con su felicidad, sorpresa, miedo y ternura, y el acto de lucha entre los reyes ratones y el Cascanueces, uno de los favoritos de los asistentes, antes de introducirse al Reino de los Dulces con una explosión de nieve que provocó sonrisas y hasta exclamaciones del público.
En el segundo acto, varias bailarinas mostraron cierto nerviosismo al protagonizar números con una banda sonora que presentó distorsiones en algunos momentos, sin embargo, se compensó con la evidente disciplina y el entusiasmo de un elenco comprometido a recrear la historia en escena.
“El Cascanueces” es una muestra de cómo las maestras Minerva y Lilian Tapia han sabido mantener el legado de Margarita Robles en la danza clásica en la región, con generaciones que encuentran en el ballet su expresión artística. Fue justo su compromiso con el arte lo que envolvió a los pequeños asistentes a la Sala de Espectáculos, así a como las bailarinas más jóvenes que enternecieron al público con su participación, y que al cierre pasaron a entregar ramos de flores a maestras y compañeros solistas.
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Con un enorme grito de “¡Feliz Navidad!”, los participantes se despidieron de otro año notablemente entregados a una disciplina que exige tiempo, recursos y esfuerzo, pero que recompensa con estos instantes mágicos dentro de una comunidad dancística que sigue su curso en esta frontera.
Cultura – Semanario ZETA