Pim Pau enseña, desde el juego, a un público que no tiene filtros

La agrupación Pim Pau intenta construir un futuro más brillante a las nuevas generaciones, en el que el arte, la educación y el juego sean el camino al aprendizaje.

¿Qué sucede cuando se une el talento con la vocación para enseñar? Pues te vuelves un maestro del arte y creas un espacio en el que el juego se convierte en la herramienta esencial para el aprendizaje y la expresión artística. Con esta premisa surgió Pim Pau, un proyecto argentino-brasileño que ha conquistado los corazones de niños y familias.

Esta reconocida agrupación, conformada por tres talentosos creadores: Lucho Milocco, Eva Harvez y Cassio Carvalho, inició en 2014 en YouTube, utilizando el formato audiovisual para explorar distintos lenguajes artísticos y corporales. “Esto nos permitió no solo crear contenido, sino también grabar discos y dar talleres a docentes, ya que los tres somos educadores de nivel inicial”, comenta Lucho a Granma.

Con más de 50 videos publicados y decenas de canciones que invitan a cantar, bailar y jugar, este colectivo se ha consolidado como una de las propuestas más convocantes para las infancias en Latinoamérica.

A lo largo de esta década, el crecimiento de Pim Pau ha sido notable. “No solo hemos crecido en la plataforma, el contenido ha llegado a lugares en los que nos reciben con los brazos abiertos; particularmente en Cuba, donde desde 2020 –durante la pandemia–, nuestro material comenzó a circular. Nos invitaron al festival Corazón Feliz, en 2022, y desde entonces hemos visto cómo el público ha crecido junto a nosotros”, explica Lucho.

El trío, que visita por segunda vez la Isla, protagonizó la clausura de la sexta edición del Encuentro de artes para las infancias, el cual tuvo lugar el pasado domingo en el Teatro Nacional, a propósito del Día Internacional de la Infancia.

Eva, otra de las voces del grupo, añade que llegar a las familias y a la comunidad cubana es una emoción enorme. “Nos sorprende caminar por la calle y que los niños nos reconozcan, canten nuestras canciones y quieran acercarse. En el festival, la recepción ha sido increíble”.

Trabajar para los niños es un desafío que les brinda inspiración constante. “El público infantil es sincero, no hay filtros. Lo que les brindas es lo que reciben. Esa sinceridad es un regalo que no siempre encontramos en el público adulto”, afirma Eva.

La esencia de Pim Pau radica en su proceso creativo, que surge del vínculo con los niños y niñas en el aula. “Nuestras canciones y juegos nacen de la interacción con ellos”, explica Casio. “Buscamos que nuestras actividades convoquen al cuerpo, que haya una resonancia física en lo que hacemos. El juego es fundamental; pensamos cada actividad desde esa base”, asegura el artista.

Además de su faceta musical y pedagógica, Pim Pau ha incursionado con éxito en el mundo literario a través de su editorial Umacapiruá. Con seis títulos publicados destinados a las infancias, han logrado crear un puente entre la literatura y el arte. Su libro Arte y educación para las infancias, ha sido reconocido como de Interés Cultural por la Ciudad de Buenos Aires, destacando la relevancia de su trabajo en la promoción de una educación integral que respete la curiosidad natural de los niños.

(Tomado de Granma)